sábado, 27 de diciembre de 2008

NUEVA ZELANDA 20 Dic - West Coast - Fox and Franz Josef Glaciars



Por la mañana fuimos a visitar primero el Lake Mattheson, un lago en el que se reflejan la cadena montañosa que cruzamos el día anterior, cómo no, las nubes, nuestras compañeras de viaje nos impidieron tener una vista perfecta…. Tras un paseo por el lago nos fuimos a ver el Fox Glacier.

Como vais viendo, Nueva Zelanda es un país lleno de bosques, montañas y glaciares. Aquí se encuentran los glaciares más próximos al nivel del mar de todo el planeta por lo que visitarlos apena supone un esfuerzo de subir unos 800 metros, no nos lo podíamos perder... El camino en sí apenas tenía nada, pero disfrutar de ese bloque de hielo, de ese azul fue una pasada.



Tras un corto paseo, la gente se quedaba en una zona con una vista muy buena a unos 300 metros del glaciar, sin embargo nosotros teníamos ganas de verlo de cerca. Seguimos un camino por la morrena y tras saltar unos cuantos arroyos, llegamos al “cubito”, desde cerca el azul era si cabe más impresionante.

Por la tarde nos dirigimos a ver el otro glaciar que hay en la zona el Franz Josef Glaciar, a tan sólo 40 kilómetros del fox glaciar. Llegamos y estaba lloviendo un poco, Vane se lanzó a la aventura mientras yo me quedaba viendo a ver si amainaba, en vez de amainar cayo realmente el diluvio universal, la pequeña llegó al glaciar, eso sí a la vuelta no he visto una persona con más agua en la ropa, parecía que en vez de salir a pasear se hubiese tirado de cabeza a un río. Menos mal que en nuestra casita con ruedas llevábamos todo y pudo cambiarse de ropa.

De nuevo había sido un día sorprendente, el lago, tocar el glaciar, ver esos bloques de hielo, una pasada.

NUEVA ZELANDA 19 Dic - Wanaka - Haas Pass - West Coast

Encontrar donde dormir en Wanaka no nos fué fácil, tuvimos que dar unas cuantas vueltas arriba y abajo de la carretera hasta que nos decidimos por una zona de acampada libre gestionada por el propio pueblo. De nuevo nuestra cenita, nuestro vaso de vino de Pinot Noir y a la cama pues el día había sido muy intenso.

Por la mañana fuimos a ver el lago Manoa, apenas salimos del coche porque hacía un viento que te tiraba al suelo. Seguimos por una carretera que circulaba paralela al lago donde y parábamos de vez en cuando para disfrutar de las vistas de esa ingente cantidad de agua, a nuestra izquierda teníamos el lago Manoa, a la dereche el lago Wanaka, dominándolo todo están las montañas, con el Mt. Aspiring como pico más alto (3.027m).



Nos paramos para visitar una cascada con la poza de agua más clara que hemos visto en todos nuestros viajes, desde un promontorio que habían montado se podían ver truchas de un buen tonelaje, qué pena de no tener una caña y un par de lonchitas de bacon...


Seguimos la carretera hasta llegar el Haast Pass, el paso entre las montañas del Mount Aspiring National Park que utilizaban los maoríes para desplazarse de la costa oeste a la este. Allí hicimos un alto para coronar una colina desde la cuál se tenían vistas de los lagos. Continuamos la carretera atravesando el parque nacional y disfrutando de nuevo del cambio en la vegetación, volvíamos a pasar de la zona de pastos del valle al verde del bosque húmedo del parque.

Descendimos paralelos al Haas river para desembocar en el mar de tasmania. Ahora lo veíamos desde otra perspectiva, atrás quedaban los impresionantes fiordos de Milford y enfrente de nosotros teníamos kilómetros y kilómetros de playas vírgenes con un mar en calma. Seguimos el camino hacia Jackson Bay, un antiguo pueblo de pescadores situado en la bahía de Jackson, y justo bajo las montañas del monte Aspiring, al parecer y como pudimos comprobar es uno de los lugares más humedos del planeta, a la humedad del mar, hay que sumar toda la lluvia que dejan las nubes al chocar con la cadena montañosa. Para nosotros que necesitamos el sol más que los caracoles no sería un sitio para "plantar el huevo". Tal fué así que ni siquiera llegamos, a mitad de caminos y tras intentar ver pingüinos (cosa que no pudimos hacer) nos dimos la vuelta antes de que nos cogiera la nube que ya venía directa hacia nosotros.

Terminamos el día en el pueblecito de Fox Glacier, esta vez tocaba ducha, cena de barbacoa y a dormir, mañana nos despertaríamos para ver dos glaciares.

NUEVA ZELANDA 18 Dic - De Wakatipu lake a Wanaka



Dejamos atrás Queenstown y el lago Wakatipu para seguir una carretera que serpenteaba sobre un valle hasta llegar a una estación de esquí. El paisaje de nuevo espectacular durante la conducción y al llegar allí, ya que desde lo más alto pudimos disfrutar de las increíbles vistas del Monte Aspiring (3027m).

Nos internamos por un estrecho valle, cuarenta kilómetros de paraje de ensueño, hasta llegar a las faldas del monte donde estaba el glaciar. Imposible describir tanta belleza. Una vez allí aparcamos el coche y pasamos la tarde separados. Rico hizo un trekking hasta el glaciar del monte y Vane hizo unos reportajes impresionantes del Nacional Geographic. Primero al enclave: río, montañas, picos, laderas… y luego a la fauna: caballos, cisnes negros, ovejas…


El trekking de Rico; El camino empieza por zona de pastos, para más tarde atravesar un bosque húmedo y cuando éste desaparece te encuentras con una zona prealpina, sin apenas vegetación, pero la poca que tiene es de colores ocres súper chulos. Desde allí unas vistas increíbles del valle, de la montaña y del glaciar. Ambos disfrutamos muchísimo con nuestras actividades. Vanesa vino encantada con las fotos que había hecho, el lugar era realmente hermoso. Yo venía pletórico tras haber subido parte de esa montaña y haber hecho el camino de vuelta corriendo.
Para terminar el día…vimos cerca del lugar el atardecer y Rico se dio un baño en las aguas gélidas de un arroyo. Esta noche no tocaba ducha.



NUEVA ZELANDA 16 Dic - De Fiordos de Milford a Wakatipu Lake


De nuevo Nueva Zelanda volvía a sorprendernos. A las 8 y media de la mañana estábamos en el primer barco que se adentraba en los fiordos de Milford.
Nos despertamos encañonados en una boca de agua, entre dos paredes de unos mil metros de altura y de aprox. un kilómetro de ancho.

Aquí el agua dulce de la desembocadura del río, flota sobre la del mar, al ser menos densa y justo debajo de esta pequeña superficie curiosamente habitan especies marinas que solo se pueden encontrar en las profundidades del mar.
En las laderas de estas montañas crece un bosque impenetrable, húmedo y de un verde precioso que mires donde mires, caen de el cascadas desbordantes de agua. Parecen ríos blancos resbalando sobre las rocas, que descienden en forma de catarata. Durante todo el camino ese impresionante paisaje estuvo presente.


De regalo, tuvimos una inesperable sorpresa… Delfines. Estuvieron cerca del barco, jugando, saltando y haciendo cabriolas para nosotros. Fue increíble verlos y más aún en un enclave tan maravilloso como este. Una imagen tan bonita, que será difícil de olvidar.
Navegamos unos diez kilómetros por el cañón estrecho hasta llegar a mar abierto. Es bonito experimentar la sensación de ver como el cañón se abre para dar salida al inmenso mar.
Después nos dimos la vuelta para seguir disfrutando del viaje y de una colonia de focas que vive en el fiordo. El capitán del barco nos acercó tanto que casi podíamos tocarlas. Preciosa estampa verlas allí a todas.

Dos horas nos supieron a poco, así que tuvimos la suerte de que el capitán nos invitara a repetir. No podíamos sentirnos más afortunados.


A mediodía estábamos de nuevo en la furgoneta, volvíamos por el mismo camino que hicimos para llegar desde Te Anau, pero no nos importó para nada cruzar de nuevo el Homer Túnel y disfrutar de las bonitas vistas que tiene esta carretera. Al igual que la otra, que va bordeando el lago hasta que llega a Queenstown, el paisaje es tan impresionante que te obliga a parar en todos los view point que te encuentras.


Que lugares tan maravillosos… nunca pensamos que en esta isla pudiese existir tanta diversidad. Estamos encantados y prácticamente acabamos de empezar.
Aunque cuando pensamos en lo lejos que estamos de todo y de todos, nos entra la nostalgia y más aún, con las fechas que se aproximan.

La distancia separa, pero jamás hace que olvidemos a los que más queremos.

NUEVA ZELANDA 15 Dic - De Queenstown a Te Anau



En Te Anau disfrutamos de nuestro primer trekking en un "rainforest", una selva tropical con muchisima pluviometria. La cubierta de árboles más alta se encarga de proteger del sol a todo lo que habita en la zona inferior, donde se desarrollan helechos, musgos de formas muy diferentes y al haber tanta humedad crecen en el hasta unas palmeras preciosas que se componen de helechos. Son bosques con una luz especial, cuando caminas por ellos sientes, que están llenos de vida. El agua es una constante aquí, en forma de lluvia, cascada, arroyo o río, muy diferente al paisaje seco de Castilla al que estamos acostumbrados. Aprovechamos el tiempo alucinando con la variedad de verdes que encontramos en el camino. Luego nos dimos un baño en el agua helada del lago y continuamos conduciendo con dirección a Milford Sound en busca de los fiordos.

De nuevo la carretera bordeaba un lago (Te Anau) y durante 40 kilómetros disfrutamos de maravillosas vistas con buen tiempo, pero fue salir del valle… y de nuevo nos encontrarnos con nuestra otra compañera de viaje, la lluvia. Los siguientes 80 kilómetros, con mal tiempo. Tan sólo pudimos hacer otro pequeño trekking de subida a un alto, para divisar desde allí todas las montañas de la zona. Después nos detuvimos en la entrada del túnel que te lleva a los fiordos, para ver las espectaculares vistas de las enormes cascadas que caen del deshielo de uno de los glaciares de la zona y aprovechamos para ver también a los Keas, unos loros preciosos típicos de Nueva Zelanda, que tienen una fuerza descomunal en sus picos. Están por todas partes, se suben en los retrovisores de los coches, en el techo y tienen la fea costumbre de comerse las gomas de las ventanillas, son la monda.

Atravesamos el túnel (Homer Tunnel) y de repente nos vimos metimos en un estrecho valle, en el que a ambos lados estaban las montañas coronadas de nieve (incluso en verano se mantiene). Recorrimos unos 20 Km por esa carretera, con un paisaje espectacular, hasta llegar al pueblo de Milford.
Esta vez nos alojamos en un camping muy acogedor en el que aprovechamos para hacer la colada, pegarnos una ducha de agua caliente, conectarnos a Internet y cocinar.
Esa misma noche tuvimos una cena muy especial: TORTILLA de PATATA con CALABAZA. Como me acordé de Vito y de Mami, cuando la estuve haciendo. Me lo pasé genial, porque la gente que estaba cocinando a mi lado me miraba de reojo cuando batia los huevos y freía patatas, pero lo mejor venia cuando la daba la vuelta con el plato, se les vierais las caras de flipaos que ponían, parecía que no habían visto en su vida, hacer una Tortilla. Quizás de patatas…no.
Después de cinco meses sin probar algo con sabor a ESPAÑA, para nosotros era un momento súper emotivo, tanto, que estábamos hasta nerviosos cuando la tuvimos enfrente dispuesta para comérnosla. Los dos notamos que de repente no podíamos parar de sonreír y que nuestras caras estaban llenas de felicidad. Fue probar el primer bocado y a Rico le empezaron a brillar los ojos, tanto, que casi se me pone a llorar. Menos mal que me salió bien, poco cuajadita (como les gusta a el y a Jose) porque, yo no las tenía todas conmigo después de tanto tiempo sin cocinar nada. Y como diría Rico y nunca mejor dicho: nos supo a gloria… se nos saltaban las lágrimas.


Durmimos placidamente, pensando que al día siguiente nos esperaba una travesía en barco por el fiordo en MILFORD SOUND.

NUEVA ZELANDA 13-14 Dic - De Mount Cook a Queenstown





Durante el trayecto del Mt. Cook a Queenstown disfrutamos de unas vistas maravillosas con unos paisajes muy variados. Vimos, verdes praderas con ovejas pastando, montañas de colores preciosos, grandes hectáreas de viñedos, ríos adornados con campos de flores rosas y violetas…

Antes de llegar a Queenston hicimos una parada en Cronwell, un pueblecito curioso de ver, situado al lado de un precioso lago que tiene el agua azul más bonita que hasta ahora habíamos visto. En el se conservan aún casas antiguas rehabilitadas. Al pasear por sus calles puedes remontarte a aquella época y hacerte una idea de cómo vivían. Esta era una zona en la que había muchas minas de oro.




Nuestro destino final era Queenstown, (225.384Km) un pueblo muy agradable a orillas del inmenso lago Wakatipu. Más conocido por ser la cuna del salto al vacío (bungy jumping) y por sus miles de actividades, wakeboard, rafting, parapente, ala delta, vuelos en helicóptero… Si Nueva Zelanda es el país en el que más se promocionan este tipo de actividades, Queenstown es el lugar para practicarlas todas. Aparte de esto, NZ tiene una red inmensa de caminos increíbles, que es lo que más nos interesaba, dado que todos ellos están preparados, bien señalizados y disponen de albergues para alojarte cuando el trekking supera el día. Las zonas que se atraviesan son: selvas tropicales (rainforest), zonas prealpinas, glaciares, tracks que van cerca del mar …es sin duda unos de los mejores países para hacer senderismo.

En Queenstown pasamos la mañana haciendo un pequeño trekking de subida a una colina. Un paseo muy bonito, ya que en esta época del año el campo todavía esta en flor y es muy agradable ver como todo está lleno de color. Una vez arriba tuvimos una panorámica magnífica del valle y del lago Wakatipu. Después, dimos un paseo cerca del lago y pudimos ver cormoranes en el embarcadero, una estampa muy chula. Con tanta caminata nos entró hambre y decidimos irnos a comer algo al pueblo. Aprovechando de que el día era soleado y las terrazas estaban animadas, allí nos sentamos y degustamos de un vino de la zona, que son excelentes.




Por la tarde continuamos el camino bordeando el lago y disfrutando de las vistas de los remarcables, las montañas que rodean el valle.
Por la noche llegamos al lago Te Anau y cansados de todo el día nos pusimos a buscar un lugar donde poder dormir. Todo estaba bastante oscuro, pero finalmente encontramos un buen sitio en un caminillo en el campo. Allí aparcamos nuestra pequeña casa móvil.


NUEVA ZELANDA 11 Dic - De Christchurch a Mount Cook

Llegamos a Nueva Zelanda vía Sydney, nuestra intención era visitar las dos Islas, la sur y la norte con la furgoneta. Como decidimos empezar primero por la sur aterrizamos en Christchurch, una ciudad de unos 300.000 habitantes.

Llegamos por la noche y nos quedamos a dormir en un albergue, por la mañana, a las 8 ya estábamos recogiendo la furgoneta y saliendo para nuestro primer destino, el lago Tekapo (vaya nombrecito…).

Durante el trayecto empezamos a ver qué nos esperaría a lo largo de estos 21 días, kilómetros de pastos verdes y rebaños inmensos de oveja merina, de vez en cuando algún pueblecito con 20 ó 30 casas y apenas nada de circulación.

Nueva Zelanda es un país del tamaño de Inglaterra con una población de tan sólo 4 millones de personas, por lo que hay una cantidad inmensa de zonas con una densidad de población muy baja, lo que ellos llaman pueblo nosotros lo llamaríamos aldeas y lo que para ellos es una ciudad, para nosotros es un pueblo.

Llegamos al lago Tekapo y también vimos lo que nos acompañaría casi el resto del viaje: la lluvia, la hemos tenido de todas las formas y tamaños, mojabobos, con ventisca, continua durante dos días o intermitente, de gotas gordas o finas. El agua ha sido una constante en este viaje, bien desde el cielo como esa maldita/bendita lluvia que hace que todo sea de ese verde increíble, bien en los innumerables ríos, arroyos, lagos y cascadas que hemos visto y como no, estando en una isla, en ese maravilloso y helado mar que la rodea.

En Nueva Zelanda todo son paisajes por lo que como esta vez tuvimos una lluvia densa, apenas pudimos disfrutar del día, lo que tenía que haber sido una de las vistas más bonitas de la isla, la pequeña iglesia con el lago y el Mt Cook detrás, se quedó tan sólo en la pequeña iglesia…


Seguimos nuestro camino visitando el lago Pukaki con destino el monte Cook para hacer un trekking por la zona. En el camino se nos cruzaron varias liebres y una mucho me temo que acabó primero debajo de nuestras ruedas y después en la cazuela… algo había que hacer con el animalito, así que lo recogimos, lo despellejamos y troceamos y al día siguiente nos hicimos una liebre con arroz que se nos saltaron las lágrimas.


No le habría dicho veces a Vane las ganas que tenía de comer algo con sabor a España…mil veces me habré acordado de las comidas de Ana y Pilar nuestras madres, del murciano, del mesón de José Luis y su cabrito, de Dilola y las comilonas con los compis de trabajo, del cochinillo en la Portada y del arroz con liebre de redondo, así podría seguir horas y horas… imaginaros cómo nos supo el guiso después de nuestra dieta de arroz y noodles.

En un albergue del DOC pasamos la primera noche, al borde del monte Cook, dormimos como niños apretados el uno contra el otro en nuestra casa caracol.

Por la mañana, nos hicimos un trekking hasta llegar al glaciar del monte, disfrutamos un montón del camino, rodeados de montañas coronadas por nieve, del riachuelo del agua del deshielo, del lago glaciar y del glaciar en sí. Volvimos por el mismo camino y pusimos rumbo a Queenstown, esperando aclarara un poco el día o que por lo menos no nos lloviera.


Nuestro Día a Día en NUEVA ZELANDA

Al igual que hicimos con China, aprovechamos para contaros como han sido nuestros días en Nueva Zelanda ya que ha sido un viaje muy diferente al resto.

Lo primero que hicimos fue alquilar una furgoneta equipada, para poder vivir en ella durante los 21 días que pasaríamos allí.

Os hacemos un breve resumen de lo que tiene nuestra casa móvil: un sillón que se hace cama doble,(ropa de cama y toallas) una cocina con dos fuegos, un fregadero y todos los utensilios de cocina que se pueden necesitar: , cubiertos, 2platos, 2tazones, 2copas, 1abridror, 1sarten, 1cacerola, 1pelazanahorias, etc, todo ello guardado en unos muebles de casa de muñecas, pero muy apañaos. También lleva una nevera conectada al mechero del coche, que por cierto se estropeo al 3er día. Pero como no hizo calor, nos apañamos.



Y con todo esto os resumimos nuestro Día a Día y os mostramos otra forma de viajar.
Nos levantamos pronto por la mañana, el lugar es imprevisible totalmente, suele ser en la carretera, en cualquier merendero normaducho sin ningún tipo de equipamiento ni servicio, vamos lo que viene siendo el típico banco con mesa (gratis, de strangis, porque al haber tantos lugares habilitados para caravanas y camping, en los merenderos está prohibido pernoctar) que nos vaya bien, para seguir en ruta. Los días que toca ducha en los DOC Departament Of Conservation, (merenderos más preparados en los que hay que pagar unos 12$New Z algo menos de 6€, que se dejan dentro de un sobre y se meten en una cajita. Los kiwis (neozelandeses) son super confiados. Las zonas de acampada de los DOC suelen tener un campito al lado de un paisaje chulo y baños con ducha. Los días que toca ducha, cargar baterías y hacer la colada, tiramos la casa por la ventana y nos quedamos en un camping (lugares habilitados con plazas de camping y de caravanas y a parte con espacios comunes; cocina totalmente equipadas para cocinar mas cómodamente, sala de Internet, duchas y en algunos hay hasta piscina). El precio viene costando unos 30$ que se pagan en una recepción. A estos últimos vamos cada 3 días más o menos.
Es muy divertido la búsqueda del nido cada noche y estar hasta el último instante sin saber donde la pasaras y si el hombre del hacha pegará en tus cristales.
Hemos dormido en sitios solitarios, pero también en otros increíbles.



Bueno nos levantamos donde sea y lo primero que hacemos es recoger la cama, para hacer espacio y poder desayunar. Nos calentamos la leche en nuestra cocinita y nos ponemos un buen tazón de cereales con muesli y cornflex, cada uno. Terminamos el desayuno y nos preparamos los sándwich para la comida. Solemos hacérnoslos de jamón de pavo, con queso de untar, aguacate y tomate; a veces se sustituye el jamón por pollo cocido. Tenéis que probarlos esta buenísima la mezcla. Casi siempre comemos sándwiches, junto con una barrita energética, porque solemos hacer los trekking desde por la mañana hasta la tarde.
Nueva Zelanda está llena de Parques Nacionales con reservas de naturaleza impresionantes, en las que hay senderos para caminar, rutas cortas, largas y rutas de varios días.
Nosotros casi la mitad de los días hemos hecho trekkings largos, de unas 6 horas ida y vuelta y el resto de los días hacíamos dos o tres rutas cortitas, de una hora y media aprox.
Sobre las 7 terminábamos de andar y continuábamos el viaje, ya que normalmente nos quedaban unos 150 kilómetros hasta nuestro siguiente destino. Al anochecer sobre las 9 parábamos, preparábamos la cena, unos días pasta, otros carne, otros liebre con conejo, y un día le hice a Rico unas tortillas de patata, que después de 5meses cuando las probó casi llora de alegría. De beber siempre vino (de excelente calidad) normalmente Pinot Noir, dos copitas de vino, recoger y a preparar la cama.

Realmente lo hemos pasado genial en la furgona conduciendo por NZ disfrutando de parajes de ensueño con todos los colores que puedas imaginar; bosques mágicos de cuentos de hadas llenos de musgo, vegetación y palmeras, pastos increíblemente verdes con ovejas, campos de flores moradas y rosas, playas salvajes en acantilados de vértigo, lagos con reflejos de montañas nevadas en sus aguas cristalinas, glaciares de color azul turquesa, fiordos llenos de cascadas inmensas, lagos de color turquesa, volvanes humeantes.


También nos ha maravillado su fauna; hemos visto gran variedad de tipos de aves, garzas, cormoranes, halcones, aguilas…También tuvimos la suerte de ver animales marinos: focas, delfines…

Después de vivir esta experiencia, nos sentimos tan afortunados… que queríamos compartirlo y deseamos de corazón que algún día también vosotros podáis disfrutarlo como Rico y Vane lo hicieron, porque es maravilloso sentir que has contemplado los paisajes más bellos que tus ojos han visto nunca.

Y No Olvidéis que… ni distancia, ni mares, ni montañas, ayudan a olvidar a los que mas queremos.